Big data y las decisiones instintivas



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Los trabajos relacionados con Big Data van a ser durante 2012, sin duda, algunos de los proyectos estrella en muchísimas compañías. Veremos casos de éxito de big data en proyectos para ubicar la posición exacta de generadores eólicos, el análisis y secuenciación de patrones genéticos para enfermedades concretas, la mejora de motores de todo tipo, predicciones meteorológicas mejoradas, optimización del tráfico en las ciudades, mejora de las ventas de productos en base al análisis del comportamiento de los clientes, optimización de redes de todo tipo,...

Para ello, los sistemas procesarán inmensas (realmente inmensas) bases con un número casi interminable de datos provenientes de diferentes sistemas y sensores. Por primera vez, la potencia de cálculo dejará de ser un freno en la tarea de obtener información partiendo de datos aparentemente disjuntos.

Big data permitirá obtener soluciones óptimas para problemas realmente complejos, algo que el cerebro humano lleva haciendo desde siempre pero de una forma muchísimo más eficiente.


Las decisiones instintivas 

El cerebro humano no dispone de la potencia de cálculo en bruto que tienen muchos de los sistemas informáticos actuales y, probablemente por eso o porque prefiere no malgastar esa potencia, ha aprendido a tomar atajos mediante decisiones instintivas.

Lo único que diferencia una decisión instintiva de una más razonada es la inmediatez pero su nivel de acierto rara vez tiene que ver con la suerte o la intuición (entendida ésta como capacidad paranormal). Tiene mucho más que ver con el profundo conocimiento del entorno por parte de quien toma la decisión aún cuando puede que parte de ese conocimiento esté por debajo del nivel de conciencia en el momento clave. Pongamos algunos ejemplos.

Imaginemos que nos plantean la siguiente pregunta: ¿qué ciudad tiene más habitantes Múnich o Düsseldorf? Probablemente, la mayor parte de las respuestas irán del lado de Múnich y acertarán. Pero la inmensa mayoría de las personas no saben que Múnich tiene 1,2 millones de habitantes frente a los 0,5 millones de Düsseldorf (yo lo acabo de comprobar en la Wikipedia).

Entonces, ¿ha sido suerte que la mayoría de las personas instintivamente respondan de forma correcta? En absoluto. El cerebro, a gran velocidad y por debajo del nivel de consciencia ha decidido que ciudad aparece más a menudo en los telediarios, revistas, periódicos, conversaciones de amigos,... y en base a ello ha determinado que la más relevante, la que tiene más notoriedad, debe ser, necesariamente, la más grande. Es decir, el cerebro ataja.

Otro sencillo ejemplo. Los matemáticos (mis colegas de BCAM, por ejemplo) podrían resolver de forma muy rápida y sencilla el cálculo necesario para indicar el lugar exacto donde situarse para coger el frisbee al vuelo. Solo hay que calcular la fuerza de salida, el viento, la gravedad, el momento del giro, la trayectoria, peso e inclinación del disco, la pendiente del suelo si la hay, la altura del receptor,...

Vamos que cualquier persona, incluso con un coeficiente de inteligencia por debajo del umbral de la normalidad, puede combinar todos esos datos en ecuaciones diferenciales, integrales,... y todo ello en una milésima de segundo. Es más, puede hacerlo incluso algún perro si se le entrena adecuadamente.

Pero, un perro no sabe hacer integrales, ¿no? Entonces, ¿como lo hace?

Nuevamente, el cerebro ataja. La decisión inconsciente en este caso es tan simple como mantener constante el ángulo que forma la línea recta entre nuestro ojo y el disco con respecto a la horizontal. Habrá que desplazarse hacia delante o hacia atrás de forma que ese ángulo se mantenga constante a medida que el disco se aproxima. Algo tan simple sustituye a un inmenso conjunto de ecuaciones basado en una legión de datos tomados en tiempo real.

Si la evolución no hubiera inventado estos atajos, probablemente nuestro cerebro se volvería absolutamente loco teniendo que gestionar millones y millones de datos constantemente para tomar decisiones relevantes e incluso a veces irrelevantes.


Entonces, ¿qué hay del big data?

Es verdad que no se pueden sacar conclusiones de lo que no se mide pero también es cierto que medir más de lo estrictamente necesario no implica más información en la toma de decisiones. Es solo un gasto inútil de recursos. La cuestión es cómo encontrar el punto a partir del cual ya no hay que seguir midiendo (la medición masiva es la base del big data).

Puede que ese punto esté muy lejos en decisiones que tienen mucho que ver con la ciencia y la ingeniería y menos con las ramas sociales y las humanidades. Cuesta decirle a un investigador en biotecnología que debe  parar de tomar datos. Pero puede que ese punto no esté tan lejos si se trata de decisiones en las que intervienen factores asociados, por ejemplo, con el comportamiento de las personas.

Puede que tomar un mayor número de datos en forma micro-movimientos terrestres y otras múltiples variables sea la diferencia entre prevenir o no prevenir un terremoto. Puede también que analizar con mayor precisión todas las variables que intervienen en el movimiento de un generador eólico sea la diferencia entre una mayor o menor eficiencia energética. Pero es discutible que poner más sensores de humedad en un jardín mejore la eficiencia en el uso del agua de riego. Esto se hace especialmente evidente cuando se analizan algunos proyectos de Smart Cities en los que, probablemente, se superan con creces los niveles de sensorización necesarios para la correcta toma de decisiones. En esos casos, por tanto, se malgastan recursos.

En el fondo, se trata de ver hasta que punto es real la percepción Googleana de la realidad por la que todo lo que ocurre puede ser modelado con un algoritmo matemático (eso es en el fondo su buscador).


Aún con todo, uno no deja de sorprenderse con los increíbles proyectos que están llevando a cabo IBM con su plataforma Netezza o HP con Autonomy. Para cualquiera a quien le guste la tecnología, simplemente alucinantes, con atajos o sin ellos. Supongo que primero haremos las cosas en base a fuerza bruta de cálculo y después iremos aprendiendo a atajar.


Enlaces relacionados:


     › Decisiones Instintivas. Gerd Gigerenzer. Editorial Ariel, 2008
     › Tons of IT: Hacia una ciudad amable


www.tonsofit.com


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El FBI tras la pista de los bancos



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Dinero en cloud
El pasado viernes 3 de febrero se hizo pública una nota del FBI según la cual el organismo federal estaría investigando tramas de corrupción y evasión de capital llevadas a cabo con la ayuda y aquiescencia de las filiales de la mayor parte de los bancos y grandes compañías a nivel mundial.

La misma nota asegura también que, en los casos en que se demuestre la vinculación, los bancos matrices serán inmediatamente intervenidos y sus directivos puestos a disposición judicial.

Todas estas filiales, radicadas en paraísos fiscales como Gibraltar, Mónaco, Luxemburgo, Seychelles, Belice, Bahréin, San Marino, Bermudas, Bahamas, Islas Caimán..., y con gestión al cien por cien de sus casas matriz, serían pieza clave en el entramado financiero necesario para conseguir la evasión de capital de sus países de origen, dinero que en su mayor parte proviene de tramas de corrupción o negocios ilegales.

Entre las analizadas estarían filiales de empresas españolas como:

  • Santander Trade Services Limited con oficinas en Bahamas, Hong Kong, Antillas Holandesas e Islas Caimán.
  • Caymadrid FinanceCaymadrid International en Islas Caimán.
  • BBVA Capital Funding, BBVA International Limited, BBVA Global Finance, Banco Provincial Overseas y BBVA Luxinvest en Islas Caimán, Antillas Holandesas y Luxemburgo.
  • Banco Atlántico Bahamas Bank & Trust Limited, Banco Atlantico Mónaco, Europa Invest, Herrero International o Sabadell Asia Trade Services (todas ellas 100% Banco Sabadell) en Luxemburgo, Mónaco, Hong Kong y Nassau.
  • Filiales de otras grandes compañías como Telefónica, Iberdrola, Mapfre, ACS, Acciona, Gas Natural, Acerinox, Ferrovial, Telecinco o Repsol YPF también estarían siendo investigadas.

La nota del FBI indica que los directivos de estas empresas son plenamente conocedores de los negocios que llevan a cabo sus clientes y que, por tanto, son cómplices de los mismos.


Vuelta a la realidad

El mundo en cloud
Es seguro, jamás veremos un titular como este. Simple y llanamente es todo inventado; nada de la noticia anterior es real, salvo la relación de empresas y filiales en paraísos fiscales. Tampoco es posible y puede que ni siquiera sea apropiado.

Pero ahora cambiemos corrupción por piratería y evasión de capital por descargas ilegales y et voilà, Megaupload si puede ser cerrado por el FBI. Es más, su propietario puede ser acusado de piratería pese a ser sus clientes quienes cometen los delitos. Vaya, que casualidad, como en los bancos.

Y no es que la piratería no sea un delito, que lo es y debe ser perseguida, sino que se hace muy evidente que no se aplica la misma vara de medir en todos los casos.

La banca está protegida por una interesada interpretación de leyes como la del Secreto Bancario que define «la protección que los bancos e instituciones financieras deben otorgar a la información relativa a los depósitos y captaciones de cualquier naturaleza que reciban de sus clientes».

Una regulación similar a la de la banca se hace absolutamente necesaria en un mundo cada vez más subido a la nube. La información depositada en los proveedores de Cloud -y Megaupload es el precursor del Cloud cuando aún nadie sabía que eso se llamaba Cloud- no puede estar a expensas de decisiones discrecionales y unilaterales no sometidas a ninguna ley.

El software es razonablemente igual de etéreo que el dinero y esto hace que ambos disfruten de una increíble facilidad para moverse de unas manos a otras o incluso para cambiar de países. Pero, pese a que hay quien asegura que la información es el dinero del siglo XXI, hay diferencias; muchas diferencias.

Si no es así, que se lo vayan contando a la legión de particulares y empresas que tenían sus archivos ¡100% lícitos! en Megaupload. A estas alturas, mucha gracia seguro que no les hace lo de hablarles de las ventajas de la computación en la nube...





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