La metamorfosis del experto



RSS

Bjarne Stroustrup, inventor de C++, probablemente
el mayor engendro informático jamás concebido.
Si acudimos al diccionario se define al experto como una persona práctica, hábil y experimentada. Hasta hace unos años, considerábamos a los expertos de TI como personas capaces de tener una visión global de conjunto, capaces de hacer suyo un problema y ser capaces de dar una solución.

Eran, poco más o menos, gurús multidisciplinares que en ocasiones parecían estar más cercanos al oráculo que a la ciencia.

La imagen que tenemos de ellos es el de personas un tanto introvertidas, no excesivamente sociables y apasionados de la zona de conocimiento en la que tienen su expertise. Sin embargo, la componentización, la Googlelización y la explosión de las tecnologías (el orden no es relevante) han hecho cambiar el perfil del experto.

La Googlelización

Internet es, sin lugar a dudas, la mayor fuente de información jamás concebida (Fdo. Perogrullo). Todo lo que un experto sabe está ya en algún lugar de la Red y esto, que sin lugar a dudas democratiza el conocimiento, tiene algunos aspectos a considerar.

Gracias a los buscadores (Google, Bing, Yahoo!,...) todos sabemos más de todo pero, probablemente, también sabemos mucho de muy pocas cosas. Los médicos lo saben bien con las hordas de pacientes que van Googlelizados a las consultas e incluso, en ocasiones, llegan a discutir con ellos sobre el tratamiento.

Google (los buscadores en general) nos permite surfear por el conocimiento navegando de enlace en enlace, leyendo páginas con muchísima información, tanta que un experto tardaría horas en digerirla, en apenas diez segundos, justo antes de saltar al siguiente enlace.

De hecho, sabemos que el usuario medio de la Web navega en forma de 'F' o como mucho en forma de 'Z'. Lee la franja -una o dos líneas- superior, se hace una diagonal invertida o una vertical y en algunos casos, no todos, se continúa leyendo la franja inferior.

Es decir, nuestra retina describe una 'F' o una 'Z' sobre la página. En la mayor parte de los casos, todo lo que está fuera de ese campo visual simplemente se ignora.

Lo importante parece ser como encontrar la información en el momento y lugar adecuado y no tener el conocimiento asimilado e interiorizado. Esto hace que podamos tener un espectro de conocimientos mucho mayor pero, sin duda, nos convierte en expertos de nada. Podemos llegar a tener una somera visión del conjunto aunque hemos perdido el conocimiento de detalle sobre todos los elementos integrantes.

Sería curioso ver lo que sucede si se nos pide que demos respuesta a una consulta de nivel medio-alto en complejidad sobre un tema en el que nos consideremos expertos,... pero no se nos permita el acceso a Google para consultar. Si la pregunta no es trivial, en algunos casos daremos la respuesta correcta, en otros la daremos aunque con  dudas y en otras simplemente no podremos responder aún cuando nos consideremos expertos en el tema. No obstante, aunque esta nueva forma de entender el expertise tiene algún problema, sin duda, las ventajas compensan con creces si los resultados terminan siendo los mismos que los de un experto tradicional pero en un campo mayor de actuación.

La componentización

Lo que está pasando en TI con la componentización no es nada nuevo. Ocurre desde hace tiempo en todos los dispositivos electrónicos o mecánicos. ¿Cómo se repara un televisor, una lavadora o un coche? En el mejor de los casos cambiando la pieza que el propio sistema indica que está fallando. Es decir, las máquinas disponen de elementos que permiten diagnosticar el elemento en fallo de forma que el experto pueda sustituirlo.

Esto dista muchísimo de los mecánicos de hace veinte años que debían diagnosticar en base a su experiencia (ahora en la mayor parte de las ocasiones se lo indica un display o un elemento similar) y después, en muchos casos, debían reparar la pieza. Ahora ya nadie repara nada; se elimina el componente que falla por uno nuevo y listo.

En el caso de las TI esto tiene un importante impacto dado que, como ocurría con la Googlelización, los expertos, en el mejor de los casos, tienen el conocimiento sobre qué hace cada pieza y como sustituirla. Pero no saben (y de hecho en muchos casos están convencidos de que no aporta nada) como funciona cada pieza en su integridad. Nuevamente, este conocimiento somero permite ampliar enormemente el campo de actuación del experto a costa de sacrificar el conocimiento al detalle.

La explosión de las tecnologías

Hace un par de décadas, los expertos en TI, para poder llamarse de verdad expertos, debían disponer de conocimientos sobre unas pocas tecnologías. Hoy en día es absolutamente imposible ser experto en todo.

Las TI abarcan desde pequeños elementos hardware como teléfonos inteligentes, tablets o PCs a otros más grandes como Data Centers empresariales pasando por ordenadores de a bordo y GPS en los coches. Abarcan desde el sistema operativo de un móvil hasta el sistema operativo de un mainframe pasando por innumerables elementos intermedios. En el software, abarca desde una pequeña aplicación para iPhone de la Apple Store, a un sofisticado juego para PlayStation 3, un gestor de base de datos o un servidor de aplicaciones sobre un server o un monitor transaccional en un gran sistema. En comunicaciones abarca desde una pequeña red Ethernet hasta una red troncal de operadora pasando por enlaces inalámbricos WIFI, WIMAX, Bluetooth... También en comunicaciones, abarca desde el conocimiento de HTTP o XML hasta el conocimiento de protocolos menos conocidos (pero no por ello menos usados) como SIPWSDL pasando por mecanismos de cifrado como SSL.
Es imposible ser experto en todo. Como mucho se puede googlelizar sobre cada elemento.

Qué nos espera

Probablemente, el campo de juego en el que nos toca vivir y trabajar no va a cambiar. Es más, podemos tener la certeza de que la Googlelización, la componentización y la explosión tecnológica irán a más.

En ese escenario, el valor diferencial de las empresas punteras será el trabajo en equipo. Cada vez con mayor profusión será necesario un nivel de motivación y coordinación de los profesionales de TI que les permita trabajar en equipo.

Tener un experto en todo, además de no ser posible, no sería eficiente. Su coste sería tan elevado que haría inviable disponer de él sentado en la silla de su despacho hasta que haya problemas que solucionar. Es más, en esa situación su propia desmotivación como tecnólogo le llevaría a dejar de ser experto en un espacio de tiempo muy breve.
En su lugar, será mucho más eficaz y eficiente disponer de un equipo de personas, cada una especializada en un aspecto determinado que, trabajando en equipo, consigan el mismo efecto que el súper-gurú.

Pero conseguir que un grupo de personas trabaje en equipo no es tarea fácil y menos aún en el caso de los trabajadores del conocimiento donde las mediciones de rendimiento personal habituales en otros sectores son tan complejas como poco recomendables. El Gestor Tecnológico de la nueva era, lejos de ser un gurú multidisciplinar (aunque si lo fuera sería perfecto), deberá ser capaz de crear el entorno de trabajo adecuado para que los profesionales de su equipo sepan hacer eso, trabajar en equipo.

Esta nueva forma de concebir el expertise no afecta solo a la forma en que se deben relacionar y gestionar los equipos. Afecta también a otros puntos importantes de las compañías como los planes de formación. Puede no ser apropiado diseñar carreras formativas en las que se pretenda convertir al alumno en experto en todo, ni siquiera en muchas cosas. La formación debe ir dirigida a despertar el interés con un temario básico razonable (no confundir con elemental o mínimo) y que sea el propio alumno quien vaya descubriendo y autoformándose, Googleando, de acuerdo a sus necesidades. De hecho, una mala planificación formativa vista desde el punto de vista del alumno le llevaría a pensar que acabará convirtiéndose en experto en muchas cosas y será bastante deprimente para él despertarse un día viendo que aún le falta un inmenso océano para llegar a serlo. Todo ello, como siempre, sin ir a los extremos y con la cautela que impone saber que la experiencia es una maestra brutalmente cara.

El trabajo en equipo siempre fue necesario pero probablemente nunca tanto como ahora. No hay otra, ¿o no?.

www.tonsofit.com


RSS

4 comentarios

  1. La verdad es que me gustaría ver cuantos técnicos son capaces de solucionar problemas metidos en un CPD y sin conexión a internet ;-)

    Es cierto que hoy en día hay multitud de elementos a conocer y es imposible saber de todo. Al final los técnicos tratan de "medio" especializarse.

    De todas formas, siempre se sabe un poco de mucho.

    Considero que el valor más importante para estos gurus es el disponer de metodología de actuación, saber como buscar y saber arreglárselas por sí mismos.

    Hay mucha gente que siempre dice lo mismo, "no hacéis más que siguiente, siguiente, siguiente y si hay un problema buscáis en google". Igual es cierto, pero hay que saber que es lo que hay que buscar y por donde moverse para solucionar los problemas.

    Gurus ... no hay demasiados. Hay mucho técnico inquieto y con ganas de meterse en fregados :-)

    En mi caso, me encanta encontrarme con retos y si tengo que pasarme un día entero googleando y probando cosas para solucionar un problema lo paso bien :-)

    A mí me encanta el término de Hacker (en su buen sentido). Hoy en día no hay gurus, hay hackers.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. 2 casos de utilización de San Google por un aficionado metiéndose en terrenos profesionales que no son de su ámbito laboral:
    1-Se me ocurrió una vez consultar un tema de una enfermedad por internet. Las imágenes eran horripilantes y me jure no volver a buscar mas, ya que mi perfil es aprensivo, vamos que me acongojo.
    2-Un ruido en el coche que me tenia mártir. Después de 1 año yendo/viniendo en el taller conseguí a través de un foro el boletín oficial de reparación correspondiente a ese problema. Me presente en el taller y se soluciono con una abrazadera y una pegatina. Jamás me cobraron nada en la Ford.
    Estoy de acuerdo, el sistema educativo debería cambiar y cejar en su afán de grabar estrictos conocimientos, por el de despertar el interés y que sea el propio alumno quien decida en que materia profundizar.

    ResponderEliminar
  3. Manu,

    Toda la razón, efectivamente hoy lo que más cuesta es tener un equipo motivado que sepa especializarse cada uno en un área y servir de referencia para el resto del equipo... el trabajo en equipo está muy poco valorado por los miembros del mismo y siempre puede más el ego personal de chupar el conocimiento al resto, crecer, ser un guru, etc.

    Es una situación compleja el necesitar que una persona con iniciativas en un área se especialice en la misma, y a la vez sea capaz de seguir realizando tareas que cubran el resto de áreas, convenciendole que su rol es el ser el especialista en determinados proyectos.

    Se valora mucho el super-guru y la progresion profesional va hacía ello aún. Yo he llegado a tener gente de mi equipo que después de dos años se han ido diciendo que había aprendido todo lo que necesitaba, cuando yo que llevo muchos años aún me estoy formando... En ese momento te das cuenta que en ese equipo falta gente especializada.

    Muy buen articulo! keep on!

    ResponderEliminar
  4. Totalmente de acuerdo salvo que basemos toda la formación del trabajador en los conocimientos que adquiere en base a la experiencia. El curso de formación debe seguir existiendo porque la experiencia es la más cara a todas las posibles maneras de enseñar algo.

    ResponderEliminar


Los contenidos de Tons of IT están sujetos a licencia Creative Commons Reconocimiento 3.0 salvo donde se indique lo contrario.