Consumerización de la Informática Corporativa



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Es jueves 23 de septiembre de 2010 a las 20:30. A esa hora, tras una larga y apasionada jornada de trabajo coincides con la vecina del segundo en el ascensor, María. Nuestra vecina tiene un hijo de doce años al que recientemente le han comprado un ordenador nuevo ya que, según María, 'en el anterior ya no le cabía Internet'.

Tras los saludos y las conversaciones clásicas de ascensor, de repente, María nos pregunta: 'por cierto, tú que te dedicas a esto de los ordenadores, ¿no podrías echarle una mano a mi hijo? Tiene problemas con el feisbuc y creo que ha intentado meter algo en su tuiter pero le dice no sé qué de que está en la nube; es que este hijo mío... está siempre en babia'.

En ese momento, la primera reacción es decirle amablemente a nuestra vecina que sí, que nos dedicamos a 'cosas relacionadas con los ordenadores' pero más centradas en el uso profesional y no en las tareas propias de un usuario doméstico. A cosas serias vamos.

(Inciso - otra posible respuesta sería: 'señora, su marido es mecánico y yo nunca le pediría que me arreglase el coche gratis', pero no es de eso de lo que hablamos hoy).

Antes de que nuestra amígdala gane la batalla a la respuesta cabal generada en el cortex, preguntémonos ¿son menos serias las aplicaciones que usa un usuario doméstico? Reconstruyamos los hechos.

Desde hace unos años se está produciendo un fenómeno que puede denominarse Consumerización de la informática corporativa, según el cual cada vez hay menos diferencias entre el mercado empresarial y el mercado de consumo. Aplicaciones que hace unos años estaban en el ámbito personal tales como las redes sociales (Facebook, Twitter, MySpace, Tuenti,...), los blogs como Blogger o WordPress, los correos web como Hotmail o Gmail, las llamadas por Internet como Skype o las herramientas de generación de mapas como Google Maps o Bing Maps han pasado de repente a tener un enorme foco dentro de los sistemas informáticos empresariales. Veamos algunos ejemplos.

Hay quien ve en Facebook, con sus 500 millones de usuarios, una maravillosa herramienta para el marketing one to one y de masas, las ventas, el soporte post-venta,... Vaya, que casualidad, justamente a una parte de eso antes le llamábamos CRM. Uff, que decepción con el empaque que daba hablar de un CRM.

Por su parte, el mismo blog donde el hijo de nuestra vecina contaba sus andanzas es ahora 'leído' de forma automática por las empresas de análisis de opinión para determinar la valoración en el mercado de productos, ideas o personas. Estos analistas de mercados tienen a su disposición muchísima más información de la que nunca pudieron soñar y además la tienen gratis porque nosotros mismos la subimos a Internet porque nos apetece hacerlo. Otras empresas, ven en los blogs una forma muy directa, eficaz y barata de comunicarse con sus clientes.

Al correo web de toda la vida sobre Hotmail que utilizaba el hijo de nuestra vecina ahora le llamamos correo en la nube y todo el mundo está obsesionado en contarnos las ventajas de este modelo. Y las tiene, pero son las mismas ventajas que nuestro vecino ha estado disfrutando, sin saberlo, desde hace casi una década.

En cuanto a las llamadas por Internet, nuestro vecino usaba desde hace años Skype para hablar con sus amigos sin que le costase más dinero que el coste de su conexión de banda ancha. Los fabricantes IT del mundo empresarial descubren las ventajas del protocolo SIP y empaquetan todo eso junto con el correo y alguna cosita más y pasan a llamarle Unified Communications. Cualquiera le explica al pobre vecino que ese anglicismo técnicamente es poco más que el Skype que lleva usando años.

Por último, los mismos Google Maps o Bing Maps que nuestra vecina usaba para estudiar la ruta de sus próximas vacaciones son ahora usados por agencias de viajes, hoteles o empresas logísticas, muy serias ellas, y en general por cualquier empresa que tenga necesidad de geo-referenciar un dato.

Por lo tanto, antes de responder a nuestra vecina que nosotros nos dedicamos a cosas serias deberíamos tener en cuenta dos reflexiones.

La primera es que la consumerización provoca que eso que antes preguntaba nuestra vecina ahora lo empiece a preguntar nuestro Director General (en mayúsculas, que impone más). Por lo tanto, debemos entender que todas las herramientas que antes considerábamos exclusivamente del ámbito doméstico forman ya parte del perímetro de cosas que hay que conocer para poder realizar nuestro trabajo.

La segunda reflexión es que si el fenómeno de consumerización no cesa, y nada apunta a que lo vaya a hacer, no solo debemos conocer las herramientas informáticas que usa con asiduidad nuestra vecina sino que debemos estar atentos a sus variaciones y evoluciones porque tal vez lo que ahora comienza a usar de forma un tanto caótica dentro de tres o cinco años sea un estándar en la informática empresarial. Quizá no perdiendo de vista a nuestra vecina podamos llegar a ser early adopters de alguna nueva tecnología que recién llegue a la 'informática de los mayores'.

Y además una tercera. Queda muy feo que el director general cuestione su informática porque los técnicos no saben sacar partido a las herramientas que hasta su hijo usa todos los días... hiere el orgullo.

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