¿Medio de comunicación o máquina de matar?



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Privacidad en las redes sociales
Desde finales de Junio, en apenas tres meses y a razón de una al mes aproximadamente, Twitter ha conseguido hacer mundialmente famosas a tres personas: una reportera deportiva de Telecinco, una veterana aprendiz de restauradora de arte y una concejala de un pequeño pueblo de Toledo.

Las tres han visto como sus fallos y equivocaciones han sido objeto de mofa mundial a través Internet. Tal vez no sea la primera vez que ocurre pero sí ha mostrado con total crudeza la potencia de las redes sociales para castigar la imagen y el honor de cualquier persona.

Y sí, han sido las redes sociales, porque los tres fenómenos mediáticos se han iniciado en Internet antes de saltar a los medios de comunicación tradicionales.

Hablando de la reportera de Telecinco que retransmitía en directo los partidos del Mundial de Fútbol 2012 ¿quién no ha cometido nunca un fallo en el trabajo? ¿Cómo nos sentiríamos si ese fallo, grande o pequeño, fuera la mofa nacional durante días?

En el caso del Ecce Homo, la improvisada y bienintencionada restauradora era una persona de una cierta edad que a buen seguro lo ha pasado realmente mal. ¿Qué habría pasado si esta señora hubiera tenido algún problema médico severo por el estrés causado? ¿Se sentirían culpables quienes han hecho comentarios jocosos sobre ella o quienes simplemente los han re-difundido?

Y qué decir de la concejala toledana. ¿Quién no ha hecho algo en el ámbito privado que sería ruborizante si llegase a ser del dominio público?


Repite que algo queda

Autocontrol en los medios de comunicación convencionales
El daño infringido a las personas puede venir de un disparate dicho una única vez o de comentarios soeces repetidos hasta la saciedad. Teniendo eso en cuenta, un comentario muy dañino dicho una única vez en televisión o radio puede compararse con un comentario ofensivo aunque algo más banal repetido constantemente en Twitter o Facebook.

Lo fácil sería decir que la culpa es de las nuevas tecnologías pero no es así. Es la persona quien tiene la libertad de hacerse eco de la noticia y re-difundirla porque eso es el libre albedrío del que tanto presumimos los humanos. Las nuevas tecnologías son sólo el medio.

Los medios de comunicación tradicionales conocen este problema desde hace tiempo y de algún modo realizan una cierta auto-regulación (en algunos casos discutible, es verdad) que en líneas generales funciona. Pero ¿cómo conseguir una regulación endogámica cuando para ello hay que conseguir la complicidad de, potencialmente, todas las personas del planeta? Porque el medio de comunicación ahora somos los propios ciudadanos.

Al ser imposible la auto-regulación, sólo queda la regulación impuesta y en ese caso se hace muy evidente que las leyes de defensa del honor y de protección de la intimidad no están pensadas para los medios de comunicación 2.0.

El reto está en legislar (en el código penal, LOPD,...) de forma que se garanticen simultáneamente y de forma efectiva el derecho a la intimidad, el derecho al honor, la libertad de expresión y la libertad de prensa. Dejar las cosas como están es asumir que hay nuevos medios de comunicación que una vez que encuentran una víctima son verdades máquinas de matar.


Nota adicional
Brujas de Zugarramurdi

Sin ánimo de caer en el amarillismo, tampoco puede pasar desapercibido que los tres casos han tenido a mujeres como víctimas. ¿Casualidad? Esperemos que sí porque si se mantiene el ratio, dentro de cuatrocientos años alguien podría confundir las redes sociales con el Zugarramurdi del siglo XXI.


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2 comentarios

  1. Yo creo que por definición, el anonimato que da Internet y la escasa capacidad de replica de los infrascritos, convierten a gente sin nada que hacer por la tarde a verdaderos demonios con una insuperable critica destructiva que pueden minar la paciencia de los demas y hasta desmoralizarlos. Quizas lo hacen por sobresalir, quizas lo hagan por aburrimiento, pero creo que en ningun momento esta gente piensa lo que hace si fueran ellos los que estuvieran siendo atacados.

    Creo que ejemplos de crucifixion en la red con comentarios desafortunados en Twitter de Bisbal o de Sergio Dalma son de sobra conocidos. Unos por dar una opinion polemica o discutible y otros simplemente por accion involuntaria, el caso es que como heramienta mass-media que es Internet, hay que tener un cuidado adicional sobre lo que se dice y como se dice.

    Al final las opiniones son los culos, cada uno tenemos el nuestro y pensamos que el de los demas apesta, pero siempre se debe actuar desde el respeto.

    Luego entrando en opiniones, esa es otra: A mi que me importa que una concejala haya hecho una peli porno hace varios años? Lo importante es que sepa hacer su trabajo. Esa mania que tiene este pais de querer saberlo todo acerca de los demas y el triunfo de programas como Salvame y Aqui hay tomate son los que te hacen renegar de una sociedad como esta, asi que con la leccion bien aprendida, y teniendo en mente la frase de Einstein "Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera", hay que cuidarse muy mucho de publicar ciertas opiniones para evitar ser malentendidas por esa chusma de borregos sin sentido autocritico.

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    1. Urtzi, no puedo estar más de acuerdo contigo.

      Acabo de ver tu web y creo que nunca alucinaré lo suficiente como para terminar de creer lo que tienes ahí montado. :-)
      Por cierto, ¿sabe IBM que tienes una web que promociona Hercules? ;-))

      Saludos, Manu

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