Erase una vez que se era en el mundo de la informática en el que existían empresas dedicadas al hardware, empresas dedicadas a la seguridad, empresas dedicadas al almacenamiento, empresas dedicadas al
networking, empresas dedicadas a hacer potentes gestores de bases de datos, empresas dedicadas al software en general, empresas dedicadas a la consultoría, empresas dedicadas a los sistemas operativos,... y algunas -muy pocas- dedicadas a todo ello.
En esos años, no era muy difícil asociar a
Oracle con las bases de datos, a
Microsoft con Windows, a
Google con los buscadores, a
Cisco con la electrónica de red, a
Checkpoint o
Juniper con los firewalls, a
Symantec,
Mcfee o
Panda con los antivirus y la seguridad, a
EMC,
StorageTeck o
Hitachi con el almacenamiento, a
Compaq,
Dell o
HP con el hardware de PCs y servidores, a
SAP con los ERPs, a
Telefónica con la telefonía, a
Accenture con la consultoría, a
ninguna empresa con el software libre o a
IBM con todo.
Es posible e incluso probable que si se le preguntase a cada una de estas empresas todas dijesen que estaban en algún otro sector adicional al descrito pero en general se podía acotar sin demasiadas dificultades el
core de su negocio.
Centrarse en el core del negocio
La tendencia era deshacerse de todo aquello que no estaba en el corazón del negocio y en esa línea quizá IBM fue una de las pioneras. Se deshizo de su división de networking al tiempo que firmaba un contrato estratégico con Cisco. Posteriormente, se deshizo de su división de equipamiento de usuario (PCs, PDAs -que
oemizaba de
Palm-, impresoras, ...) mediante la venta a la china
Lenovo. Más tarde vendió su división de impresión profesional a
Ricoh (absorbida mediante
InfoPrint).
El fin último era centrarse en el software, en el hardware (servidores, mainframe y almacenamiento) en el ámbito empresarial y, sobre todo, en los servicios. Todo lo demás sobraba. Se trataba de llegar al éxito mediante la especialización con presencia únicamente en los segmentos más rentables.
De su principal competidor (HP, tras la integración con Compaq que a su vez había comprado Digital) llegó a decirse, y así fue en la mayor parte de los casos, que tras la fusión con Compaq únicamente mantendría en su portfolio de productos aquellos en los que estuviera al menos en el tercer lugar en cuota de mercado. El resto eran rémoras que no hacían sino detraer recursos de los negocios más rentables. Y aunque la estrategia de HP e IBM no han sido exactamente paralelas (HP mantiene muy vivo su negocio de
printing así como el de consumo) lo cierto es que ambos coincidían en la especialización.
Pero todo cambió...
De un tiempo a esta parte se está asistiendo a un nuevo periodo de concentración y
des-especialización. Un periodo en el que todos quieren poder hacer de todo. Un periodo en el que todos quieren estar en todos los mercados y un periodo en el que parece que nadie quiere depender de nadie.
Hoy, Cisco e Hitachi son competencia de Dell, HP o IBM en el mercado de servidores, Intel es competencia de Symantec o Panda en el mercado de los antivirus, Oracle vende hardware, es competencia de SAP en el mercado de ERP y CRM e incluso de sí mismo con MySQL, EMC -a través de
VMWare-
es competencia de Microsoft, Google con su Gizmo5 es competencia de
Skype e incluso de Telefónica, Telefónica a su vez lo es de
Facebook tras comprar
Tuenti, Sony es competencia de Microsoft y pronto lo será de Google en el mercado del entretenimiento, Apple es competencia de Facebook en redes sociales y de Google en el mercado de la televisión online y la telefonía móvil, Accenture es competencia de IBM y HP en outsourcing y a su vez, IBM y Microsoft son competencia de Google o Amazón en los servicios de Cloud.
Algunas de estas concentraciones son entendibles -en términos de un economista son integraciones verticales, hacia adelante o hacia atrás dependiendo del caso-, como es el caso Telefónica con Tuenti, Google con Gizmo5 (Google Voice) o incluso Cisco con Skype -
si finalmente la compra-. En ese caso se trata de estar en el mercado de los contenidos cuando ya se está en el mercado de las líneas de comunicaciones o viceversa.
Un operador tiene gran interés en generar más y más contenido dado que eso generará un mayor torrente de datos y con ello una mayor facturación. Y al revés, quien produce los contenidos que son consumidos por los usuarios tiene interés en estar en el negocio de las líneas de datos. Estas compras pueden ser entendidas desde la óptica de unificación de las comunicaciones IP. Tarde o temprano las llamadas de voz y vídeo, la radio, la televisión y en general cualquier medio de transmisión de datos acabará estando soportado por protocolos IP con lo que se producirá una
convergencia de medios y con ello fricciones entre empresas que vienen de diferentes sectores y que se encuentran en un punto común: la Red.
Otras concentraciones no tan evidentes
Se están produciendo otras concentraciones cuya explicación no resulta tan evidente. De repente, los grandes fabricantes de sectores tan aparentemente dispares como el almacenamiento, el networking o la computación (servidores en general) están tomando posiciones a marchas forzadas para ser proveedores integrales. Estos movimientos se han hecho muy visibles en la reciente
disputa entre HP y Dell por la compra de
3Par.
Es el caso de Cisco, Hitachi Data Systems, HP, Oracle o IBM. Cisco vende ya servidores además de su tradicional networking, HP se posiciona como un referente en el networking tras la compra de 3Com unido a sus tradicionales ProCurve, Oracle dispone de toda la línea de servidores y almacenamiento provenientes de la compra de Sun, HDS fabricará servidores integrados con su almacenamiento,... El siguiente paso natural parece ser que IBM compre una compañía de networking tras haber desmantelado la suya hace unos años (¿qué tal Juniper o Brocade?). ¡Todos quieren ser el corazón del Datacenter!
Estos movimientos no se explican con razonamientos puramente económicos. O no al menos con los mismos razonamientos que se usaban para justificar los movimientos anteriores en los que se podía hablar de diversificaciones verticales, sinergias en la función técnica,... y resto de jerga de los economistas. En este caso, la clave parece estar en la gestión de los futuros Datacenters y en el Cloud Computing porque parece -o eso es lo que estas compañías creen- que quien no esté ahí no sobrevivirá.
El Cloud Computing -o el outsourcing de siempre al estilo de Internet, porque realmente no es mucho más que eso- proyecta cambiar la forma en que las empresas conciben la infraestructura. Este hecho, junto a la virtualización y los blades, plantea a la mayor parte de los fabricantes la necesidad de ser globales. La razón es que con la tecnología actual no hay problemas técnicos para que el networking (switches, routers, firewalls, ids/ips, balanceadores,...), junto con el almacenamiento (san, nas, iscsi,...) y los servidores se encuentre todo junto en un mismo cajón, el cajón de blades, gestionados por un software único y resolviendo por diseño todas las complejidades de esa interconexión.

Tanto HP como IBM tenían ya un formato de cajón para incluir sus servidores, su almacenamiento y su electrónica de red, y lo mejor de todo, con un software de gestión que minimiza cuando no elimina las complicaciones derivadas de la interconexión de dispositivos. Es decir, los servidores, el almacenamiento y la red integrados
out of the box por el propio fabricante. Esta situación es la quimera de quienes deben cuidar al máximo los costes -en sentido amplio- de la infraestructura para dar servicios gestionados desde la nube. Para ellos, la reducción de complejidad implica menores costes de gestión, menores costes en espacio (plantean incluso meter los CPDs en containers 100% autónomos en cualquier lugar el mundo), menores costes energéticos,...
Entonces, ¿cómo quedan los fabricantes que tenían una visión parcial de la infraestructura? ¿En qué situación se queda Cisco con sus dispositivos de red o Hitachi con su almacenamiento? El movimiento era inevitable y todos los jugadores de esos mercados parciales debían convertirse en globales.
Es por ello que Cisco ya vende servidores en su propio formato
blade junto a su electrónica de red -y probablemente en el futuro junto a su almacenamiento-. Lo mismo pasa con Hitachi que comenzará a vender servidores integrados por diseño con su almacenamiento o con Dell que ha pujado hasta el final con HP por hacerse con una compañía de gestión del almacenamiento.
¿Qué dice la lógica que va a ocurrir a partir de ahora?
El punto de partida para responder a esto es que, a la vista de los hechos, en el corto o medio plazo habrá al menos cuatro o cinco proveedores que querrán competir por el mercado global ofreciendo soluciones completas e integradas. Entre ellos estarán Cisco, Oracle, IBM, HP, Dell y probablemente Hitachi.
Dicho así, suena incluso bien para los clientes. La competencia provoca aumentos en la eficiencia y es de esperar que esto genere tensiones que hagan contener el precio y aumentar las prestaciones. No es previsible que ninguno de los proveedores de este mercado global canibalice los productos pero no hay duda de que una mayor oferta es siempre buena para el cliente.
Pero ¿y en el largo plazo? La tendencia natural del mercado, de cualquier mercado, invita a pensar que tras un tiempo de expansión en el que todos harán y venderán de todo vendrá un tiempo de nueva concentración.
Los mercados maduros no permiten la existencia de más de dos proveedores, el líder y el retador, que hasta ahora eran IBM y HP, no necesariamente en ese orden. El resto serán proveedores
residuales que serán fagocitados por los vencedores, enviados de nuevo a su mercado origen, reposicionados en un nicho o quién sabe qué.
Es decir, que compañías como IBM, HP o Dell corren el riesgo de pasar a no ser líderes en el segmento de las infraestructuras al tiempo que compañías como Cisco u Oracle corren el riesgo de comprometer su cuenta de resultados con el negocio de la infraestructura hasta el punto de que un mal resultado afecte a su negocio tradicional, en el que son líderes.
Algunos dirán que ser líder y referente en la electrónica de red o en el almacenamiento no es justificación suficiente para serlo también en el mercado de los servidores. Por contra, otros dirán que llegar a un nuevo mercado sin prejuicios ni rémoras del pasado permite innovar. El tiempo dará y quitará razones.